¿Chile? ¿Perú? Aún a día de hoy nadie conoce con plena certeza los orígenes de este polémico cóctel compuesto por pisco, clara de huevo, jarabe de azúcar, zumo de limón, hielo y unas gotas de angostura. Tanto el bar Oriente de Santiago como el bar Morris de Lima se atribuyen su autoría durante los años veinte del siglo pasado. Sea como fuere, es la bebida más popular en ambos países; por otro lado, los mayores productores de pisco.
Al igual que sucede con el mate en Uruguay y Argentina (otros dos países que debaten los orígenes de otra bebida popular), la ingestión de Pisco Sour va más allá de refrescarse o pillar el puntillo; es un ritual. Así lo dejó ver el director peruano Francisco J. Lombardi en Un cuerpo desnudo, remake de uno de los relatos que dirigió el propio Lombardi para la colectiva Cuentos inmorales.
Fotograma de la película
En ella, cuatro amigos se reunen casi religiosamente para llevar a cabo dos de sus pasiones: jugar al póker y catar Pisco Sour; pero la aparición de una mujer desnuda y dormida en el cuarto de la juerga altera sobremanera sus planes. Un filme que, si bien peca de teatral y de ritmo cansino, puede descubrir ciertas curiosidades sobre la cultura peruana. Eso sí, si queréis saber más sobre este cóctel, os invito a que echéis un vistazo al documental El Pisco: Patrimonio Cultural del Perú dirigido por el también peruano Augusto Tamayo (realizador que curiosamente también colabró en la citada Cuentos inmorales). Todo un paseo hacia los orígenes más remotos tanto del pisco y su elaboración, como de este sabroso, espumoso y deliciosamente ácido combinado.
Peruano o chileno, en Il Giardi preparamos el auténtico Pisco Sour
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